Últimos descubrimientos Arqueológicos

(22 octubre 1999)
Rescatan un Mamut en Siberia:
 
Era un macho de 47 años . Excepto su cabeza, todo su cuerpo mantiene los tejidos intactos. El cuerpo del Mamut congelado hace 23.000 años en Siberia junto con hielo que lo rodeaba, será llevado para estudiarlo en laboratorio e intentarán clonarlo usabdo una elefanta asiática. Ya en 1799 y 1977 se encontraron ocho ejemplares de la misma clase pero su estado de consevación no era buena, y no contenían tejidos para analizarlos. En cambio este ejemplar llamado Kharkov, mantiene los tejidos intactos. La cabeza se pudrió pero el mamut conserva los colmillos, y se puede apreciar mechones de pelo de colores gris y pardo rojizo. El Mamut que media 3,30 Mts. de alto y pesaba 4 tn.. El mismo fue trasladado en el bloque de hielo a una localidad distante 320 Kms. del lugar donde fué hallado en Khatanga donde estará el futuro Museo del Frio.


(22 de octubre 1999)
Hallan restos que serian de los primeros dinosaurios de la tierra:
 
Los fósiles son de mandíbulas de dos ejemplare que tendrían 227 millones de años. El descubrimiento fué en la Isla de Madagascar y fué encontrado por un joven de la región de Sakaraha en Madagascar llamado Mena. Las dos mandibulas fueron encontradas por Mena en 1996 que con un grupo de paleontólogos estadounidenes y malgaches, los que hicieron un estudio de los restos de los dinosaurios y otros animales y determinaron ahora que el hallazgo es de gran valor para determinar como era la vida en la tierra durante el período Triásico. Este estudio se publica hoy en la revista Science. Las mandíbulas pertenecieron a dos dinosaurios que herbívoros, con una cabeza pequeña y cuellos largos. Caminaban en dos o cuatro patas y formaron parte del grupo de los prosaudópodos por lo que podrían ser los ancestros directos de los dinosaurios más grandes y fuertes, los saurópodos. Los fósiles están muy bien preservados y muestran un nivel de detalle superios a todo lo que se ha visto hasta ahora. Los rerstos fósiles serán exibidos en el Museo Field de Chicago a partir del 22 de octubre hasta el 2 de enero del 2000 y luego serán devueltos a Madagascar.



(20 de octubre 1999)Hallan los restos fósiles del primer dinosaurio volador:
El Archaeoraptor es el primer dinosaurio volador que vivió hace 140 millones de años y cuyos restos fósiles fueron hallados recientemente en la provincia de Liaoning (China). Caminaban ergidos sobre sus patas traseras y tenian colas largas, además eran ágiles y mortíferos. El tamaño era similar a la de un pavo tenían dientes y poderosas garras. El paleontólogo argentino Fernando Novas comentó que las aves actuales fueron indiscutibles descendientes de los dinosaurios. El hallazgo brinda información formidable sobre el origen de las aves, sus plumas y sus vuelos. los fósiles encontrados en China permitieron a los investigadores afirmar que la cintura escapular y el esternón se asemejan a los de las aves modernas y que las manos estaban modificadas para formar parte de la estructura del ala.

(20 de Abril de 2000) Creen que algunos dinosaurios tenían sangre caliente.Un equipo de paleontólogos estadounidenses encontró el corazón de un dinosaurio que vivió hace 66 millones de años y descubrió que probablemente bombeaba sangre caliente y era más aprecido al de las aves y mamíferos que al de los reptiles.
Esta es la primera vez que puede analizarse el corazón de un dinosaurio, porque los órganos blandos de estos animales suelen destruirse despues de millones de años de fosilización. El hallazgo podría producir un giro en el estudio de los saurios.
Según informaron los investigadores se trata de un Tescelosaurus, un animal herbívoro del tamaño de un caballo pequeño, que vivió en Dakota del Sur un millón de años antes de que se extinguieran en todo el mundo.
Los investigadores del Museo de Ciencias Naturales y de la Universidad de Carolina del Norte utilizando técnicas avanzadas de rayos X y tomografía computada pudieron descubrir las cuatro cámaras que posee el corazón y la vena Aorta. Esta distribución del corazón sugiere que es más parecido al que hoy tienen los pájaros, e incluso los mamíferos, que al corazón de los reptiles. Los estudios también permiten pensar que el Tesceloraurus podría tener sangre caliente y un metabolismo fuerte. Esto confirmaría que los grandes saurios habian iniciado una lenta transición de los reptiles a las aves.
El paleontólogo Dale Russell de la Universidad de Carolina del Norte dijo: "Este descubrimiento cuestiona algunas de las teorías más fundamentales sobre cómo y cuando evolucionaron los dinosaurios".
Michael Stoskopf, experto en anatomía comparativa de ésa Universidad, detalló: "Los ventrículos y la Aorta de Willo (así bautizaron al animal) indican que tenían los sístema sangíneo y pulmonar completamente separados, lo que sugiere que tenía un ritmo metabólico más alto que el que normalmente vemos en los reptiles".
Hasta ahora los dinosaurios fueron considerados especies próximas a los reptiles, que tienen dos venas Aortas y un corazón de estructura única, que permite la mezcla de la sangre que proviene de los pulmones, rica en oxígeno, con la sangre que perdió esa riqueza en la circulación por el cuerpo. Pero el caso del Tescelosaurus, según este trabajo, podría ser distinto.
El paleontólogo argentino 
Rodolfo Coria, del Museo Carmen Funes de Plaza Huincul, Neuquen, dijo: "Este descubrimiento es muy importante. Nunca se había podido estudiar un corazón de dinosaurio". Pero aclaró: De todos modos las especulaciones sobre el metabolísmo de estos animales seguiran siendo casi siempre hipotéticas. Es muy dificil reconstruir como funsionaban sus órganos". "Además, explicó Coria, la presencia de un corazón con cuatro cámaras no necesariamente implica uma mayor semejanza a los pájaros o a los mamíferos, porque algunos reptiles, como el cocodrilo, tienen un corazón con esas características".

 01/01/2011
Cada cierto tiempo, los paleontólogos anuncian el descubrimiento de un nuevo tipo de dinosaurio. Algunos destacan por su tamaño, otros por su habilidad para correr o nadar e incluso se encuentran ejemplares que han dado comienzo a una larga estirpe. El último que viene a completar el generoso inventario del Cretácico tiene un físico imponente y un aspecto extremadamente llamativo. Se trata de un saurópodo de cuello largo llamado Brontomerus mcintoshi, al que los científicos han apodado «muslos de trueno» porque los músculos de sus patas eran enormemente poderosos. El animal, de unos 110 millones de años de antigüedad y descubierto en Utah (EE.UU.), utilizaba sus terribles patas como un arma para defenderse de los depredadores que querían atacarlo y para desplazarse por accidentados terrenos. La investigación aparece publicada en la revista Acta Palaeontologica Polonica.
El «muslos de trueno» pertenece al a familia de los Brachiosaurus y Diploducus. Vivió durante el Cretácico inferior y probablemente no tuvo una existencia fácil, ya que se vio obligado a lidiar con feroces depredadores como el Deinonychus y el Utahraptor. Los huesos fosilizados de dos ejemplares de Brontomerus -un adulto y una cría- fueron rescatados por investigadores del Museo de Sam Noble de una cantera del este de Utah. Los paleontólogos creen que el espécimen más grande es la madre del menor. Habría pesado alrededor de 6 toneladas y medido 14 metros de longitud, aproximadamente el tamaño de un elefante grande. El pequeño, similar a un pony en sus dimensiones, pesaba unos 200 kilos y medía 4,5 metros de largo.
Los investigadores identificaron el nuevo dinosaurio por el esqueleto incompleto, que incluía los huesos del hombro, la cadera, las costillas, las vértebras y algunos fragmentos que no fueron identificados. La característica más llamativa resultó el hueso ilíaco (de la cadera), inusualmente grande en comparación con el de dinosaurios similares. La forma de los huesos indica que el animal habría tenido los músculos de la pierna más grandes que cualquier saurópodo.


«El Brontomerus mcintoshi es un dinosaurio carismático y un descubrimiento muy emocionante para nosotros», afirma Mike Taylor, investigador del Departamento de Ciencias de la Tierra del University College de Londres y autor principal del estudio. «Cuando nos dimos cuenta de la forma extraña de la cadera, nos preguntamos cuál era su significado, pero llegamos a la conclusión de que patear era lo más probable», explica. «La patada pudo haber sido utilizada por los machos para pelear por una hembra, pero también para defenderse de sus depredadores».
Otras marcas en los huesos dan pistas del estilo de vida del Brontomerus. Los científicos creen que este atlético dinosaurio, lejos de animales como los hipopótamos, preferían los lugares secos y las zonas montañosas a los pantanos, así que tal vez vivió en terrenos accidentados y montañosos, donde los músculos funcionaban como una especie de «tracción a las cuatro ruedas».
«Muslos de trueno» también es un hallazgo significativo por otra razón. Es uno más de una serie de hallazgos en los últimos veinte años que desafían la idea de que los saurópodos comenzaron a desaparecer en el Cretácido Inferior. «Parece que los saurópodos pueden haber sido tan diversos como fueron durante el Jurásico, pero mucho menos abundantes», apunta Matt Wedel, coautor del estudio.


sebastian rossi



Dos especies nuevas de dinosaurios con cuernos del continente perdido fueron descubiertas recientemente gracias a una de las más sorprendentescornamentas encontradas hasta ahora, dicen los paleontólogos.
Los nuevos  son miembros de los ceratopsidos, grupo de que incluye al triceraptos. Estos animales eran generalmente de cuatro patas, herbívoros y con placas óseas que le suben desde la espalda hasta la cabeza donde se encontraban uno o más cuernos.
La más grande de las dos ornamentas encontradas revela un dinosaurio de unos dos o tres metros de largo que se puede comparar a un gran rinoceronte con una cabeza ridículamente grande, dice Scott Sampsonde la Universidad de Utah.
El otro dinosaurio desubierto es el Kosmoceratops richardsoni, uno de los más sorprendentes del que se tienen registros. Con un cráneo enorme recubierto de una compleja estructura ósea con forma de cornetas que le permitía producir fuertes sonidos como silbidos o campanadas.
Estos cuernos no les eran muy útiles para defenderse de los predadores. Las características de las ornamentas habrían sido una pésima arma para defenderse, y los investigadores se inclinan a creer que las ornamentas cumplían una función intimidatoria y quizás una forma de comportamiento social y reproductivo.
Varias partes de ambos fósiles del Utahceratops y el Kosmoceratops fueron desenterrados en el parque Grand Staircase-Escalante National Monument, de Utah, tierra que alguna vez formó parte de Laramidia, el continente perdido.
Estos nuevos  caminaron por toda la zona oeste de Norteamérica durante el período cretáceo, hace unos 80 o 60 millones de años y nos revela un habitante más del fascinante mundo de los .

Enero 2010 España:
Un dinosaurio de un género y una especie completamente desconocidos hasta el momento siempre es un descubrimiento que causa sensación en la paleontología mundial. Ahora un ejemplar de buen tamaño, carnívoro y con una extraña joroba, ha sido descubierto en Cuenca, en el yacimiento de Las Hoyas. Vivió hace 125 millones de años y es el dinosaurio más completo que se ha encontrado en España, afirman los investigadores. Con sus seis metros de largo, el nuevo ejemplar conquense, un animal adulto, era cuatro veces mayor que los ágiles y temibles velocirráptores que salían en la película Parque Jurásico. Y este es mucho más antiguo.
El esqueleto fósil se presenta hoy en lugar destacado en la prestigiosa revista Nature con un artículo firmado por los tres científicos españoles que lo han encontrado y estudiado (Francisco Ortega, Fernando Escaso y José Luis Sanz).
El dinosaurio, carnívoro, ha sido bautizado científicamente Concavenator corcovatus y apodado Pepito pese a ser un animal adulto. El propio nombre oficial, que significa Cazador jorobado de Cuenca, aporta datos interesantes sobre el animal: "Era un depredador, que cazaría sin hacer ascos a la carroña que se encontrase, como los leones actuales", explica Sanz, especialista español en dinosaurios reconocido internacionalmente.
En cuanto a lo de jorobado, es un rasgo peculiar y sorprendente del concavenator, porque no se conoce en ningún otro dinosaurio, aunque algunos de estos animales prehistóricos tenían una estructura dorsal que podría tener una función termorreguladora, como un radiador. En el caso dePepito los científicos no saben para qué le servía la joroba.
El nuevo dinosaurio español destaca no solo por su novedad, su tamaño y su excelente conservación, sino porque aporta información inesperada sobre la historia de este tipo de animales del Cretácico inferior. Pertenece a los carcadorontosaurios, una familia de dinosaurios que se consideraba hasta hace no mucho original del hemisferio Sur. El hallazgo de un ejemplar de esta familia en el Reino Unido hace unos años y, ahora, el muy completo fósil de Las Hoyas, ambos muy primitivos y en el hemisferio Norte, exige rectificar la idea que se tenía de su trayectoria evolutiva y geográfica.
Otra peculiaridad de este dinosaurio son unos bultos que se distinguen en el hueso del antebrazo, que son similares a los que sirven de punto de inserción de las plumas remeras en las aves actuales. Está claro que Pepito no volaba, pero "la presencia de los pequeños bultos en la ulna [equivalente al cúbito de los humanos] deconcavenator indica que este dinosaurio conquense ya tenía estructuras en la piel que constituyen un estadio ancestral de las plumas de las aves", explican los científicos.
No hay que olvidar que, como han demostrado los fósiles hallados en Las Hoyas desde hace unos años -y, paralelamente, en yacimientos de China-, los dinosaurios no se extinguieron hace 65 millones de años (probablemente como consecuencia del impacto de un gran meteorito en la Tierra), sino que algunos de ellos, los voladores, lograron sobrevivir y acabaron siendo los pájaros actuales.
Pepito apareció hace ya varios años y supuso desde el primer momento una sorpresa para los paleontólogos, pero han tardado bastante tiempo en recuperar y conservar los huesos fósiles de las planchas de roca en que estaban incrustados. "Es un trabajo minucioso, con instrumentos como los de dentista, para ir retirando la roca sin llegar a tocar el fósil", explica Sanz.
De esta operación se han encargado sobre todo Ortega y Escaso (de la UNED), en elMuseo de las Ciencias de Castilla-La Mancha, en Cuenca, donde ahora está el ejemplar. El esqueleto está aplastado y acostado hacia su lado izquierdo y la roca en que reposa estaba fragmentada en varias losas, por lo que su reconstrucción fue, lo primero, "como montar un rompecabezas en tres dimensiones", recuerda Sanz, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid. "Al principio pensamos que podría ser un reptil marino, un gran cocodrilo, o un dinosaurio", añade.
Los restos del concavenator destacan por su excelente estado de conservación, una característica que resulta singular en las condiciones del yacimiento de las Hoyas, poco favorables a la preservación de esqueletos grandes. Pepito, para suerte de los científicos, se ha conservado sin esos problemas y se aprecian en sus huesos detalles de las escamas de las patas y de la cola.